La matacavero, también conocida como prompedallas, pirulero, et. (Aster squamatus) es una planta herbácea (terófito) erecta, de la familia Asteraceae, originaria de la región neártica y extendiéndose a la neotropical (América), que alcanza hasta 1,8 m de altura. Hojas estrechamente lanceoladas, enteras o con margen ligeramente ondulado, atenuadas en la base, las caulinares de 4-18 x 0,5-1 ,5 cm. Inflorescencia en capítulo (7-9 x 2-3 mm en la floración) situados a lo largo de las ramas laterales (dando la apariencia de panícula poco densa), estrechamente cilíndricos, con las brácteas involucrales pluriseriadas, de 1-2 mm las más pequeñas y de 6-7 mm las más grandes, de color verde con el margen violáceo y escarioso, finalmente reflejas. Las flores externas con lígula de 1-2 x 0,2 mm, de color blanco verdoso, las flores internas tubulosas y verdosas. Fruto en aquenio de 2-3 mm, amarillento, ligeramente peloso, provisto de vilano de 5-6 mm.
Esta planta aparece en ambientes ruderales, viarios y campos de regadío, así como humedales en general (marismas, ríos y arroyos degradados, zonas deltáicas), especialmente cuando cuentan con cierta influencia antrópica o se sitúan en entornos poblados, denotando cierta nitrofilia y afinidad a suelos húmedos. Florece de julio a noviembre (diciembre). La reproducción es sexual. La diseminación es anemócora, valiéndose del vilano para ser transportado por el viento.
Parece ser que esta planta está adaptada a ambientes templados húmedos, poco continentalizados. De hecho no soporta las heladas ni las oscilaciones térmicas propias del interior, pero tampoco soporta la sequía y en cambio sí soporta el encharcamiento (siempre que no sea permanente) y los vientos fuertes, así como los suelos salinos, todo lo cual la hace candidata a ambientes litorales húmedos, como los deltas, las charcas litorales, etc. Por otra parte, resiste bien la siega, siendo capaz de rebrotar y de volver a producir frutos.
No se conocen bien los usos que haya podido tener esta planta en sus lugares de origen, posiblemente fuera forrajera cuando se integra en las formaciones pratenses. La investigación farmacológica ha revelado recientemente la presencia de extractos butanólicos en sus partes aéreas que son efectivos contra la úlcera. Pero en los países donde ha sido importada carece de utilidad alguna, siendo considerada una mala hierba.
Seguramente fue importada accidentalmente en forma de semilla a través del comercio de cultivos. Su impacto es, ante todo, de tipo económico y, posiblemente, aunque en menor medida, ecológico. Es una vigorosa mala hierba estival en cultivos de regadío (frutales, arrozales, etc.), acequias, etc. que, por su gran tamaño en condiciones favorables y su tendencia a formar poblaciones monoespecíficas compiten de manera eficaz con las plantas cultivadas; desde el punto de vista ecológico, se trata de una especialista en la ocupación de claros, por lo que penetra fácilmente en humedales cuando la vegetación es degradada (es frecuente observarlo en las desembocaduras de ríos que soportan algún pastoreo) y existen poblaciones próximas (por ejemplo, en cultivos); por otro lado, si bien una buena parte de su desarrollo se produce durante el estío y el otoño, debería analizarse, al menos, su posible interacción durante su asentamiento y crecimiento juvenil con especies nativas, especialmente en los espacios seminaturales que han sido degradados. Es frecuente encontrarlo creciendo entre especies de los géneros Juncus, Tamarix, Cyperus, etc. en cultivos, casi todos los de regadíos en áreas de verano cálido, especialmente en las zonas costeras.
Esta especie está ampliamente extendida por la franja costera andaluza, penetrando también por el valle del Guadalquivir, pero las citas disponibles no reflejan la realidad de esta invasión. En la Axarquía ha sido citada y de manera especial en el Parque Natural de Tejeda y Almijara, y en el Paraje Natural de los Acantilados de Maro-Cerro Gordo.
Para su tratamiento se recomienda métodos químicos (en cultivos) y físicos (en zonas naturales). En cultivos pueden controlarse sus poblaciones con numerosos tipos de herbicidas; la práctica del control mecánico (siegas, escardas manuales o laboreo) puede, en combinación con herbicidas, o por si sola, lograr controlar la expansión de la especie en algunos cultivos que permitan estas tareas. En humedales, la única posibilidad es el arranque manual de plantas, sostenido en el tiempo (durante los años suficientes hasta que se agote el banco de semillas) y realizado antes de la formación de los frutos, lo que comienza a ocurrir muy poco después de la aparición de las primeras flores. Por su capacidad de rebrote, es necesario el arranque del individuo completo. Sin embargo, por la abundancia de poblaciones vecinas es muy probable que los terrenos tratados se vuelvan a recolonizar rápidamente, por lo que las posibilidades de fracaso son elevadas. De este modo, el índice de dificultad a escala de parcela en el ámbito agrícola se ha calificado de medio, pero pasa a muy alto a escala de espacios naturales y extremo a mayor escala.
Deja una respuesta