La chumbera, también llamada penca, higuera chumba, tuna, nopal, etc. (Opuntia ficus-indica) es un árbol (fanerófito) suculento, perteneciente a la familia Cactaceae, originaria de Centroamérica, que puede alcanzar hasta 6 m de altura (normalmente unos 3-4 m). Hojas transformadas en espinas que emergen en grupos de tallos planos o cladodios que se conocen como palas (20-60 x 10-25 cm), carnosos, suculentos, de estrechamente ovados a oblongos, aplanados, verdes; aréolas (2-5 cm) estrechamente elípticas; gloquidias (especie de cojincillos) de las areolas con espinas largas y duras, que caen tempranamente, pardas o amarillentas, y unas espinas más cortas y finas, de aspecto velloso, conocidas como penenes. Especie muy polimorfa. Los cladodios de algunas poblaciones son muy pesados, de gran tamaño y rigidez y desarrollan una notable suculencia, portando numerosas espinas largas, aunque estos detalles varían si se comparan las poblaciones occidentales con las orientales de Andalucía. Posiblemente las poblaciones con palas poco espinosas proceden de formas seleccionadas por cultivo (y éste ha sido mucho más intenso en las zonas semiáridas del sureste ibérico) por su más fácil manejo. Flores en forma de corona, amarillas o rojizas (5-10 cm de diámetro), naciendo de las areolas. Frutos (chumbos) de forma ovoides a oblongos (6-10 cm de longitud), de color verde, naranja o rojo (según grado de madurez), portando gloquidias y a veces también espinas, con la pulpa de color anaranjado. Semillas subovoideas, abundante, inmersas en la pulpa del fruto, de ahí su denominación vulgar como “higochumbo”.
Las chumberas aparecen en matorrales degradados, taludes, laderas soleadas, bordes de caminos , cultivos abandonados, roquedos litorales (ocasionalmente ), etc. aunque es frecuente que su situación esté más o menos cerca de los lugares donde se ha plantado como seto vivo. Florece de mayo a junio. La reproducción es sexual, pero también es vegetativa ,a través de palas enteras o de fragmentos, que enraízan fácilmente. La diseminación es zoócora , por ingestión de la pulpa de sus frutos por diversos animales.
Es una planta claramente adaptada a ambientes cálidos y secos, tanto costeros como de interior. Por este motivo tiene una resistencia a las heladas (siempre que sea moderada y no prolongada, y con baja humedad edáfica o atmosférica), la sequía y las oscilaciones térmicas, así como los vientos fuertes. En cambio, como sucede a todas las especies crasas, tolera muy mal el encharcamiento y la sombra densa. Tampoco tolera la salinidad edáfica, pero sí la atmosférica propia de zonas costeras.
La chumbera se introdujo inicialmente en España (y posteriormente a otros puntos de Mediterráneo) para su cultivo como alimento a las cochinillas productoras de tinte rojo (llamado “rojo cochinilla”) y, posteriormente (posiblemente ya dentro de su rango alóctono) para aprovechamiento de sus frutos por parte del ser humano y del ganado caprino (que también consume las palas en el estío como fuente extra de agua y azúcares), así como para la formación de cercos para ganado o setos vivos para lindes en zonas secas o semiáridas y, finalmente, se ha ido introduciendo en numerosas zonas como planta ornamental e incluso para estabilización de taludes en climas semiáridos. También se ha cultivado para la obtención de licor a partir del fruto. En medicina tradicional se le reconocen propiedades astringentes, antidiarreico, contra el cáncer de próstata y las úlceras; las palas calentadas al horno como emolientes, colocados sobre la zona afectada.
Es una planta muy extendida, y su impacto es ecológico, paisajístico, económico y social. Desde el punto de vista ecológico, forma matas densos donde se dificulta la entrada de especies autóctonas, no pudiendo descartarse fenómenos competitivos por los recursos hídricos frente a especies autóctonas. Su grado de expansión ha llegado a ser de tal magnitud que se ha convertido en elemento paisajístico habitual de las laderas y bancales abandonados de muchas zonas semiáridas y secas de Andalucía (especialmente en su mitad oriental), lo que confiere al paisaje un aspecto alejado del paisaje Mediterráneo más típico, pese a que este paisaje se ha socializado hasta considerarse como “típico” de estas zonas semiáridas. Curiosamente, la cochinilla es actualmente su principal plaga y en época de sequías prolongadas llega a secarse, causando un impacto económico debido a que hay muchas familias que viven del comercio de chumbos.
La chumbera está ampliamente extendida por toda Andalucía, especialmente por la franja costera mediterránea (incluido los Acantilados de Maro) y atlántica, penetrando por el valle del Guadalquivir y deteniéndose en Córdoba, dejando la zona noreste con poca presencia.
Para su control se físicos, la tala y arranque (manual o con maquinaria), de los ejemplares, recogiendo igualmente todos los frutos (es frecuente encontrarlos caídos en las inmediaciones) y fragmentos, si bien la operación entraña cierto riesgo para los operarios, que deben realizarla bien protegidos. Otra práctica (menos inmediata, pero también menos drástica) que puede ensayarse consiste en, tras una corta enérgica hasta la base de la planta, proporcionar un riego abundante en día frío y cubrir la base de la planta con plásticos para favorecer que sean atacadas por hongos patógenos que cause la podredumbre de las cactáceas (como las especies de Botrytis). El nivel de dificultad es bajo, a escala de rodal o parcela, bajo-alto, a escala de localidad o espacio protegido, pero extremo a escala regional.
Antonio dice
Aquí en Andalucía parece que tanto los propietarios de las fincas, como los ayuntamientos. Se han desentendido del problema de las plagas de cochinillas, a tal punto que las chumberas o como le querais llamar, se están perdiendo. Realmente una pena. De ellas, durante muchas generaciones han comido muchas familias. Ahora se importan desde Italia y sudamerica. Será así más rentable para ciertas personas que se estén beneficiando con todo ello. Antes eran miles de familias. Cortas un arbol y tienes problemas y esto no pasa nada.??? Ecologistas donde andáis???
tomas dice
La chumbera op. ficus indica de flores amarillas no es una planta invasiva como otras cactáceas opuntias y debería conservarse con fines agrícolas y ganaderos. !!