De nombre científico Esox lucius, el lucio es un pez de la clase Actinopterigios, familia Esocidae, que puede alcanzar el metro y medio de longitud total, aunque raramente las hembras, generalmente mayores que los machos, alcanzan más de 90 cm. Se conoce que alcanza un peso máximo de 25 kg y se conocen ejemplares de 30 años de edad. Es un pez de cuerpo alargado, lateralmente comprimido y se caracteriza entre otros por su hocico muy alargado y aplastado y la mandíbula inferior prominente. La boca es una de sus características más llamativas. Es de gran tamaño, ancha, aplanada y recubierta por fuertes dientes. La aleta dorsal, de tamaño relativamente largo, se encuentra en la parte posterior del cuerpo, cerca de la aleta caudal y opuesta a la anal. Tiene un color verdoso, con manchas amarillentas, variando algo en función del hábitat. En los juveniles sobre dicho color suelen tener bandas oscuras trasversales anchas que desaparecen con el crecimiento, pasando a un diseño de multitud de machas ovaladas o bandas longitudinales que varían enormemente entre ejemplares.
Hábitat. Habita sobre todo en zonas remansadas con escasa corriente y abundante vegetación tales como lagos, estanques, embalses y partes tranquilas de ríos. Parece tener preferencia por aguas de alta calidad con abundancia de raíces, troncos, rocas y vegetación donde se esconde la mayor parte del tiempo. Es un depredador que no realiza migraciones apreciables, viviendo en zonas remansadas, de escasa corriente y vegetación abundante, sobre la que deposita sus huevos. Es altamente territorial y solitario. Los estudios realizados en aguas españolas sobre la dieta del lucio reflejan que es de tipo mixto, al consumir tanto invertebrados como vertebrados, existiendo una relación entre el tamaño del lucio y el tipo de presas consumidas. Se alimenta de invertebrados en los primeros meses de vida pasando gradualmente a consumir peces, que constituyen su dieta casi exclusiva a partir de los 30 cm de longitud. La reproducción suele tener lugar en zonas someras de unos 20 cm de profundidad con abundante vegetación, la hembra es seguida por uno o dos machos y mientras nadan sueltan simultáneamente los huevos y el esperma.
Origen y distribución. Originalmente tiene una distribución circumpolar ocupando Norte América, tanto en los ríos de la vertiente atlántica como en los de la pacífica y ártica , extendiéndose por el oeste hasta el norte de Asia pasando por grandes áreas de Europa. No es una especie propia de la fauna española (al menos la más reciente), sino que se introdujo por primera vez, desde Francia, entre 1949 y 1960 en muchos ríos, lagunas y embalses de prácticamente todo el país, con fines deportivos y económicos y desde entonces se continuaron soltando lucíos en otros muchos puntos acuáticos como el Embalse de los Bermejales.
Carácter invasor. Además de su gran capacidad reproductiva con puestas de más de 30.000 huevos, es un depredador generalista muy voraz lo que le llevó a tener el apodo de “tiburón de agua dulce”, y es que mientras que la mayor parte de su dieta son invertebrados y otros peces autóctonos, también puede predar en anfibios, reptiles, aves o incluso mamíferos. De este modo, el lucio no solo provoca una alteración en la densidad de otros peces, sino que modifica completamente la estructura trófica del ecosistema acuático donde habita. Por ser una amenaza tan grave para las especies autóctonas, en España se prohíbe su liberación en el medio natural. También tiene un impacto sanitario porque El lucio puede estar parasitado por el gusano Diphyllohothrium latum, el cual puede afectar al ser humano si se consume crudo.
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