Mejorar las relaciones con los demás

Todos somos diferentes, y todos poseemos diferentes habilidades y recursos que usamos para relacionarnos unos con otros. Hay personas que por algo en especial suelen tener mejores relaciones interpersonales mientras que otras no paran de tener conflictos y roces con los demás.

¿Por qué ocurre esto? ¿Cuál es la diferencia de que haya personas con mayor éxito social y personas que tropiezan una y otra vez en las relaciones con los demás?

De forma general, existen tres estilos de personalidad, cuyas características tenemos en mayor o menor medida. Conocer sobre esto nos puede ayudar a saber qué podemos modificar si nos interesa aprender a relacionarnos mejor con otros y a tener menos conflictos. Estos estilos de personalidad son: estilo agresivo, pasivo y asertivo.

• Estilo agresivo: en la comunicación verbal con los demás utilizan la fuerza y la vehemencia, es decir, son personas que pisan fuerte y que justifican su forma de ir por la vida argumentando que son sinceros y que le tienen que decir la verdad a la cara a los demás, sin pensar en si hieren los sentimientos ajenos. Lo importante para ellos es salirse con la suya y pretenden que los demás actúen como ellos creen que tienen que hacerlo. Se encontrarán con personas que huyen de los conflictos y le sigan la corriente, con personas como ellos con los que se llevaran bien pero que también tendrán conflictos a menudo y con personas a los que su estilo de comportamiento les crea cierto rechazo y malestar, y se alejan de ellos. Normalmente este estilo de personalidad no utiliza la autocrítica muy a menudo y achacan a los demás todos los defectos y que son los otros los que se equivocan todo el tiempo. Habitualmente suelen mostrarse enfadados, impetuosos e irritables. Suelen usar un tono de voz elevado y les cuesta mantener las relaciones, ya que aunque no se dan cuenta, a los demás no les apetece pasar mucho tiempo con personas que se comportan así continuamente.
• Estilo pasivo: las personas con este estilo de personalidad suelen mantener un perfil bajo respecto a las relaciones con los demás. Suelen estar calladas e intentan por todos los medios no entrar en conflicto, incluso sin manifestar sus pensamientos o deseos. Este tipo de personalidad es el sueño de las personas con estilo agresivo, ya que pueden manipular y ejercer el control de la situación. El choque entre estos dos estilos de comportamiento suele ser el causante de la mayoría de las rupturas de muchas parejas y muchos amigos/as. El estilo pasivo genera malestar a la persona que lo posee, ya que no se muestra al completo tal como es, creando mucha frustración, además de que los demás no llegan a valorar y a respetar a estas personas porque las infravaloran.
• Estilo asertivo: Este es el estilo de comportamiento y personalidad más equilibrado. Son personas que se conocen bastante bien a sí mismas y aceptan sus limitaciones, al igual que aceptan y toleran a los demás. Suelen respetar y a tener en cuenta los deseos y opiniones de los demás, pero también de forma equilibrada puede elegir sus propios deseos, ya que no intentan agradar continuamente a los demás.

Son personas que saben expresar sus opiniones y establecen relaciones de igualdad y respeto con otros. Este tipo de personas se respetan y respetan a los demás, por lo que crean lazos fuertes de amistad. Si eres asertivo/a sabes que puedes cometer errores y no te importa pedir disculpas en un momento determinado. Las personas asertivas no se dejan manipular fácilmente ni hacen lo que los demás quieren, ya que han encontrado el equilibrio perfecto entre hacer lo que se desea y a veces compartir con los demás.

Lo mejor de todo, es que puedes elegir ser asertivo, puesto que este estilo de comportamiento se aprende y se fija en tu personalidad con la práctica, cuando empiezas a notar los beneficios de adquirir esta forma de actuar. Mediante las habilidades sociales puedes mejorar muchísimo las relaciones con las personas que te rodean. Merece la pena intentarlo, ya que vivir en paz y armonía es más saludable que estar discutiendo y en conflicto continuo. Puede ser una forma estupenda de empezar este nuevo año. Te animo a probarlo.