Llévame por los mundos ocultos del sueño.
Llévame por los mundos ocultos del sueño.
Dame un paseo por las sendas que reposan tras el ojo invertido, tras la pupila herida en la profundidad del alma.
Siembra allí también la semilla que germinó bajo el sol, cerca del mar, lejos del hielo.
Dibuja en ese nuevo y único paraíso la copia de mi cielo, de mi gente, de mi tierra.
Sacude la alfombrilla del portón de mi casa y déjame abrir la puerta del recuerdo.
Y aunque allí abrir semillas no pueda; aunque la fortuna impida que creamos que esto es realidad y aquello algo distinto, déjame sentir por un momento que piso su suelo, que noto su sol y que no solo pronuncio sus palabras.
Permíteme contemplar por un minuto el paisaje familiar de un Lorenzo que destiñe la bahía, que muere en el océano, que parece acariciar Marruecos.
Pon ante mis ojos , aunque sea un minuto, la mesa del cariño llena de jamón y bogavante, el luto ancestral y lejano de los ausentes y una canción popular mal entonada. ¡Oh, linda estampa de perfecta imperfección!
¡Oh, santos ecos de poderosas raíces!
¡Oh, aromas maternos inolvidables!
Malditos los ojos que despiertan en el paraíso equivocado.
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