Al Monestir de Sant Cugat del Vallés y a su leyenda.
Fue en la noche de Nadal
pues la suerte así lo quiso
en que ocurrió la tragedia
que en leyenda se deshizo.
Fue Berenger de Saltells,
hijo de un fiel campesino,
quien sin herencia paterna
quedó a causa del destino.
Su padre legó fortuna
a los monjes del presidio
que entre tierras y escritura
pasaban años y siglos.
Berenger, decepcionado,
al monasterio fue henchido
de rabia, pena y enfado
y de allí fue despedido,
mas llegaron a un acuerdo,
el abad y el desvalido,
sobre la herencia del padre,
pero pronto fue incumplido.
El abad no quiso darle
lo que correspondía al hijo
y este de piedra y de sangre
fue para darle castigo.
En venganza por la ofensa
preparose sin remilgos
y presentose a buscarle
aprovechando el bullicio.
Junto a unos bandoleros,
y de espadas bien provistos
al Abad Arnau de Biure
diole muerte este individuo.
Aún cuentan que aquella noche
un gallo de hierro fino,
coronando el Monasterio,
cacareó por su pico,
y desde entonces se oye
en Nochebuena, en su sitio,
al gallo cacareando
por la muerte del obispo.
En Sant Cugat del Vallés
cuentan ancianos y niños
que llorando están la luna
y el monasterio bendito,
y que revive su suerte
cuando Sant Cugat dormido,
sueña recuerdos de muerte,
mientras se recibe a Cristo.
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