La tristeza es una emoción básica que junto a otras como la alegría, el enfado, el miedo, etc, forma parte del conjunto de emociones que sentimos los seres humanos. La tristeza está considerada como algo negativo, aunque realmente tiene una función adaptativa y funcional. Todas las emociones que sentimos, tanto las que consideramos positivas, como la alegría y las que consideramos negativas como la tristeza sirven para algo funcionalmente hablando. No existen emociones buenas ni malas, ya que cada una de ellas cumple una función en un momento determinado aunque un periodo demasiado largo sintiéndonos tristes acabaría siendo disfuncional y negativo para nosotros.
La tristeza aparece ante la gestión que hacemos de las diferentes situaciones, ya puede ser cuando vemos una escena melancólica en una película o ante algo más importante para nosotros como una ruptura sentimental, o ante algún tipo de pérdida. ¿Por qué nos ponemos tristes? Sentirnos tristes nos ayuda a expresar y canalizar el dolor que sentimos para ir regulando poco nuestro estado de ánimo.
Debemos aprender a gestionar adecuadamente esa emoción. Hay personas que casi siempre se sienten tristes, y eso es porque no han trabajado correctamente para ir dando paso a un equilibrio emocional adecuado y más positivo. Puede que conozcas a alguien que vive instaurado en la queja constante y que su estado emocional es de tristeza casi permanente. Ese tipo de personas están tan habituadas a sentirse así que no buscan las herramientas adecuadas que le ayuden a sentirse de forma más plena y alegre. También ocurre que ese tipo de personas desprenden una energía más negativa y no nos gusta pasar mucho tiempo cerca de ellas.
Hay que diferenciar un estado de tristeza casi permanente de la tristeza que sentimos cuando hay una razón claramente justificada. Ante este tipo de tristeza, debemos vivirla en toda su intensidad. Una mala noticia de salud, o un problema grave familiar, o incluso una ruptura con un familiar o pareja…es normal que nos sintamos tristes durante un tiempo. Ese tiempo dependerá de la situación vivida y de las circunstancias personales.
Te propongo algunos consejos para ayudarte a lidiar con la tristeza:
- Aceptar la tristeza: el primer paso para superar la tristeza es aceptarla y vivirla. Si te sientes triste no pasa nada, deja fluir ese sentimiento, llora si lo necesitas, ya que llorar nos relaja y libera endorfinas que nos ayudarán a calmarnos. La aceptación es el primer paso de la superación.
- Analizar la situación: pregúntate por qué te sientes triste, qué es lo que ha hecho que te sientas así. Además existe una realidad externa objetiva y una realidad interna subjetiva. Es decir, lo que ocurre realmente y lo que nosotros interpretamos. Si lo analizamos con perspectiva, muchas situaciones pierden la gravedad que nosotros le damos a priori.
¿Qué puedo hacer para sentirme cada día un poco mejor?
Realiza actividades que te gusten, escucha tu música favorita, lee si te gusta, sal a despejarte un poco, intenta buscar entornos donde te reencuentres con la naturaleza. Piensa qué es lo que te gusta hacer y ponte en marcha, aunque sea poco a poco.
Encuentra un objetivo o propósito a realizar en tu vida, ya que quien tiene un objetivo encuentra un motor que le impulsa para seguir adelante con mayor positividad.
- Acude a un terapeuta: cuando sientas que por tu cuenta no eres capaz de salir de una época de tristeza o malestar, acudir a un terapeuta puede ayudarte, ya que no sólo te orientará en tu caso concreto sino que te enseñará herramientas adecuadas para gestionar de forma más óptima tus emociones. Además existen numerosas técnicas que puedes aprender en consulta como la relajación, mindfulness y muchas más que pueden venirte bien no sólo en una época concreta sino también para el resto de tu vida.
“La tristeza no es más que una valla entre dos jardines” Khalil Gibran 1883-1931
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