El cielo se ha teñido de naranja en la provincia y en otros puntos de la mitad sur de España por la alta concentración de polvo sahariano en suspensión. Nuestra ciudad ,Málaga ha sido una de las afectadas por este fenómeno que nos traslada a un pequeña visión del planeta Marte.
La intensa calima, que en Málaga cubre calles, coches, tejados y todo cuanto encuentra a su paso de un polvo rojizo, y que convierte la lluvia en barro, en un paisaje propio del desierto sino que implica también riesgos para la salud, sobre todo para aquellas personas que padecen afecciones respiratorias.
La presencia de polvo en la atmósfera invade el cielo de la provincia de Málaga durante la mañana de este martes. Se trata de un fenómeno poco frecuente en invierno, aunque no desconocido para los malagueños: una masa anaranjada, que procede del norte de África y que además de dificultar notablemente la visibilidad, está acumulando gran suciedad en aceras, fachadas, cristaleras y vehículos.
Es la calima, que consiste en la suspensión de partículas de polvo o arena que viene del desierto del Sáhara desplazado en una gran bolsa de aire que, esta vez no solo se está dejando notar en Málaga, sino en buena parte de la península. La borrasca Celia, además de dejar las primeras lluvias de intensidad de este invierno, ha cubierto el cielo malagueño de este polvo ocre. Esta neblina se apoya en un proceso motivado por la variabilidad del viento y la injerencia gradual en diversas capas de la atmósfera. Es polvo y la deposición es lenta.
Para la salud puede tener consecuencias serias. Puede irritar las vías respiratorias y las mucosas, provocar obstrucción nasal, tos y picor en los ojos, además de dificultad para respirar. En los casos más graves, al respirar las partículas de polvo pueden alojarse en la tráquea o bronquios, algo con lo que tienen que tener especial precaución quienes tienen, por ejemplo, asma.
Además de a las vías respiratorias, la intensa calima también puede tener efectos sobre el sistema circulatorio. Así, pueden empeorar los síntomas de enfermedades cardiovasculares y producir episiodios de arritmias.
Varias ciudades de España han amanecido este martes con un tinte un tanto apocalíptico tras darse un fenómeno conocido popularmente como “lluvias de sangre”. Se trata de un fenómeno que ocurre cuando las precipitaciones llegan acompañadas de barro o polvo en suspensión y que nos acompañará hasta el próximo jueves, cuando se mitiguen los efectos de la borrasca Celia.
Se espera que hasta ese día la concentración de polvo en suspensión sea muy elevada, muy por encima de los umbrales que la OMS considera seguros y, por tanto la calidad del aire será muy mala, por lo que se recomienda no realizar actividad física al aire libre e incluso llevar mascarilla de tipo FFP2. Este fenómeno se da cuando la lluvia se forma alrededor de partículas de polvo o arena que hay en el ambiente y las arrastra al caer.
Fotografía: Lorenzo Carnero.
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