Hola, soy un gato más de una colonia que hasta ayer sumábamos unos cien parientes directos e indirectos. Quizás Ud. Sr. Presidente del Mundo no sepa bien qué es una colonia de gatos.
Pues le explicaré: los gatos hemos venido desde un planeta caliente porque el nuestro se pasó de calor por el efecto invernadero y todo eso que ustedes viven hoy dos mil años después.
Durante la Edad Media nos quemaban vivos junto a las brujas pues por ver en la oscuridad ofendíamos a los curas inquisidores. Logramos sobrevivir, los humanos en cambio por habernos diezmado sufrieron la Peste y murió media Europa.
Somos una colonia de gatos silvestres que durante la noche vigilamos las calles eliminando ratas y buscando nuestro alimento entre los desperdicios humanos. Hay gente que nos pone pienso en cuencos pero se los han prohibido. Hasta el agua tenemos que buscarla. Lo que no buscamos pero lo llevamos encima son las enfermedades.
Sí, ser gato de una colonia significa estar enfermo casi desde que llegamos al mundo, los virus son nuestros compañeros de viaje y los que nos acortan la vida.
No teman,no somos contagiosos. Hoy ustedes son más contagiosos que nosotros.
Nadie, señor Presidente se ha preocupado jamás de nuestra sanidad, existen vacunas para nosotros pero las autoridades de los diferentes países prefieren eliminarnos, es más barato y no se ven gatos callejeros en las ciudades.
Quisiera tocar su corazón y su dignidad humana: ¿podrá usted y los demás jefes del mundo por una vez aplicar con nosotros la carta de los derechos de los animales que en su día emitieron las Naciones Unidas?
Le saludo desde mi escondrijo urbano. No tengo nombre, no tengo raza y en vez celebrar cumpleaños festejamos cada día que sobrevivimos.
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