A mi musa elegante
Si al mirarla yo pudiera robarle un beso
si su aldea no tuviera miradores ,
yo cruzaría las puertas de su claustro inmenso,
y arrancaría una a una las hojas de sus flores .
Si ella no fuera quien es y quien ha sido,
si de pequeño conmigo hubiera jugado,
o hubiera ido a mil fiestas en las que me he perdido,
seguramente en sus labios me hubiese encontrado.
Ella…ella.
Y anteponiendo el respeto y la suerte
acercándome a la muerte veloz, lenta ¿ Quién sabe?
en su mente madura y su risa inocente
encuentro lo que nunca encontré en la calle.
Y es que su corazón cobija otro corazón añejo y sabio.
y en ese océano de letras doctoradas me recreo,
con una gran inquietud e ilusión por los milagros ,
el de convertirme un día en su Romeo
e imploro a los ángeles del calendario
que me dejen un ratito en este sueño,
que me traigan su aroma a diario,
y me pongan su manta en invierno.
Que no importen su puesto y sus años,
que ella sienta que siempre la quiero.
Ella…ella.
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