Al Colegio Privado Guadalete de El Puerto de Santa María , en el que un día hice prácticas como profesor de Secundaria y Bachillerato.
Puerto de Santa María
lugar de Valdelagrana,
donde riego mi semilla
a la luz de la mañana.
¡Ay, Colegio Guadalete,
templo de fé y de elegancia!
Ahora mi corazón siente
el latir de la esperanza.
Cada materia impartida
lleva su escudo de armas
en la forma de impartirla
y el amor con que se trata.
Un caballero decente,
niño lleno de palabras;
del sentimiento valiente
de vivir en alabanza,
a Dios le entrega el esfuerzo
de su estudio y su labranza;
por Él recoge los frutos :
tesoro de sus batallas.
En su corazón portuense
lanza al río del olvido,
lo que hiere y lo que ofende ;
perdona como un herido.
Y le lega a su garganta,
y a su pensamiento un himno,
y a su Colegio del alma
debe valores y oficio.
Camino santo del alma,
camino largo del río;
camino de la enseñanza,
camino, nuestro camino.
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