El pasado 2 de diciembre, Vélez-Málaga vivió toda una fiesta con la vuelta de la Copa del Rey a nuestra ciudad en un formato que gusta sobre todo a los equipos pequeños, ya que se juegan pasar de eliminatoria a un solo partido y en su propio campo. Con esas miras, afrontaba el Vélez CF su cuarta participación en esta competición del KO y contra un histórico como la UD Las Palmas. Todos tenemos en la retina aquella experiencia frente a otro conjunto canario, el CD Tenerife, que llevó el partido, entonces en eliminatoria a doble vuelta, a La Rosaleda por negarse el club de primera división a jugar en albero. Allí perdimos 1-2 con gol veleño final, gracias a un zapatazo lejano de Pedro Berruezo, para luego ser
goleados en tierras canarias. Anteriormente, jugó la Copa frente al Leganés en la temporada 77-78, dos años después se enfrentaba al At. Malagueño, y en el año del campeonato liguero, su verdugo sería el Real Jaén, siempre a doble eliminatoria. El mismo rival que encontraría el año del ascenso a 2ª B y al que lograba eliminar tras cosechar sendos empates, primero en Vélez a uno y en el antiguo campo de La Victoria en Jaén a dos. Así afrontaba ese último histórico encuentro de Copa ante además un “primera división”, que entonces estaba de moda, como el CD Tenerife que frenó el avance veleño al ganar en la vuelta por un contundente 8-0. Tras 26 años volvía el equipo de Vélez-Málaga a la Copa del Rey con una ilusión desmedida tras conocer que se enfrentaba a un histórico equipo canario como la UD Las Palmas, que incluso sería finalista de esta competición en la década de los 70. Las gradas se llenaron como hacía tiempo no se veía en el Complejo Deportivo Vivar Téllez pese a que el horario, las 16 h. de un día laborable, no acompañaba. Pero era un día especial y así lo entendió la afición veleña que en un número que superó los 1800 espectadores intentó llevar en volandas al conjunto veleño que a punto estuvo de dar la sorpresa, adelantándose en el marcador en dos ocasiones, que fueron igualas en sendos errores defensivos. Pero en el minuto 83 se rompía la igualdad con el tanto que a la postre clasificaría al cuadro isleño para la siguiente ronda donde le espera ya el Real Valladolid también de segunda división. Se esfumaron las ilusiones de seguir adelante en esta bonita competición, agradeciendo finalmente el equipo el apoyo de un público que está llevando en las últimas jornadas en casa en volandas al equipo a salvar los puestos de descenso de esta RFEF con cinco victorias en el Vivar Téllez consecutivas. Ahora, a centrarse en esta categoría muy igualada salvo un Córdoba con una brecha abierta respecto al resto en la clasificación. La fiesta debe seguir.
Deja una respuesta