Al Bar La Esquinita, sede de la Peña Los Bolaos y a mi barrio de los toreros.
En el Bar de la Esquinita
se va regalando el arte
igual que el agua bendita.
La Plaza de Paco Teja
del barrio de los toreros
susurra una cantinela
que ya suena a barrio viejo
y en sus noches de verano,
cuando está la luna llena,
se saludan como hermanos
los niños que en él nacieran.
¡ Ay, barrio de mis suspiros,
que nadie y nada me impida,
que pueda soñar contigo!
En su suelo me hice un hombre,
he reído y he llorado,
me he curado el mal de amores
y el duelo más arraigado.
Es sede de la que antaño
fuera en mi infancia y pasado
rincón de los treinta años
¡Ay, Peña de “Los Bolaos”!
En él encontré a la gente
que no hace falta buscar
para hallarla de repente .
Y por más que cambie el barrio,
por mucho que lo escondieran
o sus muertos ya sean tantos…
siempre quedará la estela
de los chiquillos jugando,
de las risas y la juerga,
discusiones de los viejos,
el café de las abuelas ,
el saludo desde lejos
y la copita de cerca .
Pongame otra, Roxana
que de aqui no hay quien me mueva
hasta “entrá” la madrugada .
Este es mi barrio, señores,
y siéntanse como en casa,
que aquí mueren los dolores
y la tristeza se espanta .
¡No te pongas ahí, chiquillo,
que es el sitio “ pa” pasar!
¿ Otra vez en el pasillo?
¡ Ojú, la que vas a dar!
Cántate algo, Paquito,
hace días que no vienes,
he “ estao” leyendo tu artículo
¡ Mira el tío que arte tiene!
Di esto un día en la radio,
¿ te he “ hablao” de mi mujer ?
¡Escríbelo en el diario!
¡Ayudame a arreglar un papel!
Ponle una cerveza al niño,
que no le falte ni gloria,
¿Cómo vas con tus estudios?
¿ Te he “presentao” a mi novia?
Y es que esas son las cositas
que hacen pequeño a mi Barrio
y grande al Bar La Esquinita.
Fotografía: Fran Castillo
Deja una respuesta