Los piojos son uno de los insectos más desagradables con los que alguna vez hemos tenido ocasión de convivir. No por su aspecto, no por sus daños (más allá del típico picazón que hace rascarse la cabellera) sino porque automáticamente lo asociamos a un parásito que se nutre de nuestra sangre y sobre el que existe una mala reputación asociada a la miseria. Su entrada en las casas no se produce por vuelo o por tierra, sino transportado en la cabellera o el vestido de uno de los moradores de la vivienda, generalmente niños, ya que estos insectos se transmiten de una cabellera infestada a otra en los contactos normales de los niños cuando están en grupos, sean en pandillas o, más frecuentemente, en los colegios. Antiguamente los piojos estaban recluidos principalmente a capas sociales con escasa higiene, pero la generalización de la educación ha hecho que la pediculosis (situación en la que un individuo es parasitado por piojos) no distinga clases sociales y pueda aparecer en cualquier niño. Cuando este niño llega a la casa, dependerá de los hábitos de higiene que exista en la familia para que se propague o detenga la infestación a otros miembros de su familia.
Los piojos son unos diminutos insectos que pertenecen al orden Phthiraptera, un grupo de insectos primitivos (Neoptera) cercanos a las termitas, cucarachas, etc., pero completamente ápteros y de cuerpo transformado para la vida parasitaria que desarrollan. En la especie humana se conocen dos tipos de piojos: el piojo humano (Pediculus humanus) y el piojo del pubis o ladilla (Pthyrus pubis). El piojo humano ha sido subdividido en dos subespecies, una adaptada a los pelos de la cabeza (P.humanus capitis) y otra adaptada al cuerpo y vestidos (P.humanus corporis). Todos ellos son de aspecto aparentemente similar: forma alargada y aplanada, color parduzco, variando según la cantidad de sangre succionada y del color del cabello de la persona donde residen, de 2 a 4 mm de largo, siendo mayores las hembras. Carecen de alas y tienen un aparato bucal picador-chupador, con los que consigue alimentarse de sangre.
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