Cuando un niño presenta alguna dificultad que repercute en el ámbito académico, afortunadamente, existen una serie de recursos que ayudan y apoyan a esos niños. Ya sea, si tienen dislexia, problemas de atención o algún trastorno o enfermedad más relevante, en las escuelas se suele desplegar un sistema de apoyo con profesionales que ayudan a que estos niños se integren y puedan mejorar su rendimiento académico, lo cual es muy positivo, a pesar de que todavía habría que mejorar muchas cosas. ¿Pero qué ocurre en el caso totalmente opuesto? Hay muchos niños que presentan unas aptitudes magníficas para el desarrollo de su capacidad intelectual, y con ellos no se hace nada fuera de lo ordinario. Estos niños deben seguir el mismo ritmo que los demás, con los mismos temarios e incluso infinidad de veces pasan desapercibidos. Desde mi punto de vista es un tremendo error no prestar más atención a estos niños, a los que si se les refuerza y se le potencian sus aptitudes podrían ser adultos altamente cualificados y ello repercutiría positivamente en nuestra sociedad.
Existen un sinfín de términos para designar y clasificar los diferentes tipos de “capacidades intelectuales”, ya que el ser humano parece tener la necesidad de organizar y etiquetar todo, hasta a nosotros mismos. Dentro de la temática del superdotado podemos encontrar términos como genio, prodigio, talentoso, precoz, altas capacidades, etc. Para desarrollar este tema de forma más simple, me voy a centrar en el ámbito educativo o escolar para diferenciar entre alumnos con altas capacidades, alumnado talentoso y superdotados.
Mente sana II
¿Por qué somos corruptos?
Actualmente, la corrupción es uno de los temas que más preocupa a la población. Parece que no podemos escapar a políticos, que una vez que llegan al poder, olvidan su vocación inicial de ayudar al pueblo y se dejan atrapar por tramas de cobros ilegales y numerosos tratos de favor. ¿Es la corrupción algo que no se puede evitar? ¿todos los seres humanos son o pueden llegar a ser corruptos? Desde la psicología se ha estudiado este supuesto para dar mayor claridad a este tema.
La corrupción no es exclusiva de la especie humana, ya que se han evidenciado conductas corruptas en chimpancés, abejas e incluso hormigas. Entre los seres humanos, tampoco es exclusiva de los políticos ni de los empresarios, sino que afecta ampliamente a toda la sociedad.
El apego
¿Por qué los bebés lloran y necesitan estar con su madre o con una figura cuidadora? Podríamos pensar que la razón fundamental es porque necesitan alimento y cobijo para poder sobrevivir, pero existe algo más, el apego, que resulta de vital importancia para nuestro desarrollo como adultos funcionales y equilibrados.
¿Qué es el apego? El apego es el vínculo emocional que desarrolla el niño con sus padres (o cuidadores) y que le proporciona la seguridad emocional indispensable para un buen desarrollo de la personalidad. El apego es la necesidad del bebé de estar próximo a su madre, de ser acunado en brazos, protegido y cuidado.
Fue el psicólogo John Bowlby (1907-1990) quien al trabajar en instituciones con niños privados de la figura materna, realizó una serie de observaciones que le condujeron a formular la Teoría del apego.
La tesis fundamental de la Teoría del Apego es que un niño puede ser más seguro, ansioso o temeroso, dependiendo en gran medida por lo accesible y cercana que sea su principal figura de afecto (persona con que se establece el vínculo).
¿Por qué sentimos celos?
La mayoría de los investigadores coinciden en que sentir celos es un sentimiento universal inherente al ser humano. Como explicaba Ralph Linton, antropólogo americano, existen culturas donde los celos apenas se manifiestan, únicamente cuando los individuos están ebrios, con lo que a pesar de su cultura, los celos aparecen cuando se tiene el raciocinio nublado y no en plenas facultades.
Los celos son unas emociones o sentimientos negativos, es por ello que quienes los sienten se encuentran muy mal, acarreando otra sintomatología negativa más amplia y variada tal como ansiedad, pensamientos obsesivos, compulsiones, manías….
Prácticamente todo el mundo siente celos alguna vez a lo largo de su vida. Cuando somos niños podemos sentir celos cuando nace un nuevo hermano o primo que nos desbanca de nuestro trono.
Como tratar a un hijo adolescente
La adolescencia es un periodo bastante temido por los padres. Es una etapa con unas características propias que la diferencian de la infancia y de la etapa adulta. Podríamos decir que empieza cronológicamente a los 12 años y acaba a los 18 años. Aunque cada persona vive la adolescencia de una manera, existen rasgos generales dentro de este periodo, como por ejemplo:
Cambios físicos drásticos. El típico “estirón”, descrito como un periodo de crecimiento acelerado en altura, peso, órganos internos y su sistema muscular y esquelético. En las chicas se inicia la menstruación y el crecimiento de senos y vello púbico y los chicos también desarrollan vello púbico y facial, además de cambios en la voz. Todo esto unido a un posible problema de acné, hace que estos cambios notables a nivel físico desestabilicen en alguna medida a nuestros queridos adolescentes.
Cambios intelectuales. En este período el adolescente desarrolla el pensamiento abstracto y la toma de decisiones. Empiezan a formar una personalidad de cara al futuro, y es entonces cuando experimentan con la ropa, la música, incluso empiezan a interesarse por temas políticos o sociales. En esta etapa se necesita tener una imagen más clara de “quién soy” y “hacia dónde me dirijo”, que en la infancia no es tan necesaria.